La dieta de las celebrities que consiste en el equilibrio cuerpo-mente-emoción.
Miguel Bosé, Gwyneth Paltrow, Christy Turlington y Miranda Kerr, entre otros, siguen esta dieta de moda entre los famosos. Sirve para la pérdida de peso y su vez armonizar nuestras emociones.
Las características de esta, singular dieta son:
- Karpha: Memoria y afectividad, compasión y estabilidad emocional.
- Vata: Alegría, entusiasmo, flexibilidad, imaginación y sensibilidad.
- Pitta: Precisión, valentía y agudeza.
• Cada persona buscará la mejor combinación de estas características, para ello se combinarán los alimentos de forma correcta. La filosofía de esta son los diversos tipos de constitución humana combinados de forma diferente en cada uno de nosotros.
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Los alimentos se clasifican en seis sabores que deben estar presentes en todas las comidas:
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- Salado: la sal es su principal representante. Reduce el vata y aumenta el pitta y kapha.
- Dulce: azúcar, miel, manteca, leche y arroz. Reduce el pitta y vata y aumenta el kapha.
- Picante: cebolla, ajo, jengibre, canela y salvia. Reduce el kapha y aumenta el vata y pitta.
- Ácido: queso, yogur, frambuesa, vinagre, tomate, limón y uva. Reduce el vata y aumenta el pitta y kapha.
- Amargo: espinaca, pepino y lechuga. Reduce el pitta y el kapha y aumenta el vata.
- Astringente: coles, poroto, lenteja, manzana, manteca y pera. Reduce el pita y kapha y aumenta el vata.
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Al combinar los ingredientes hay que buscar un equilibrio. Las proporciones varían según cada persona, el clima y el lugar donde vive. Además, conviene elegir alimentos integrales y de cultivo biológico. Preferir los que sean de origen local, frescos y de temporada.
En nuestra sociedad existen problemas de nutrición desequilibrada y en muchos casos excesivamente ricas en calorías, lo cual da lugar a obesidad con su patología asociada.Nuestro organismo mantiene un ajuste perfecto entra la ingesta y la utilización de las calorías incorporadas con los alimentos. Este hecho, aceptado como algo normal, constituye un fenómeno asombroso y digno de la mejor consideración.
El peso corporal debe estar sujeto a un fino mecanismo de control, perfectamente ajustado a las circunstancias del individuo, como lo prueba el simple cálculo de las calorías ingeridas por un individuo determinado durante algunos años comparada las variaciones de peso experimentadas por el mismo durante idéntico periodo de tiempo.
Un individuo normal, de 25 a 50 años, consume unas 2.700 calorías al día por término medio, por lo que el aporte calórico anual será de unas 985.000 calorías. Basta con que el ajuste entre ingesta y gasto deje ser perfecto, para aumentar o reducir las reservas energéticas del organismo. Un error de tan solo el 6% en el balance energético dará lugar a la retención de 60.000 calorías y, en consecuencia, al acumulo de 7.5 kg de grasas al año (más de medio kilogramo al mes). Conviene recordar que un kilogramo de tejido adiposo suministra alrededor de 8.000 calorías por lo que la cantidad de energía disponible por parte de algunos individuos (con más de 30 o 40 kg de grasa) es realmente impresionante. Cuando hay un exceso de energía, en relación con su utilización, el organismo la guarda o la almacena, en forma de grasa, en el tejido adiposo. La obesidad aparece, por tanto, y básicamente , como resultado de un desequilibrio en el balance energético.
La obesidad constituye una amenaza para la salud, los individuos obesos presentan una tasa de mortalidad superior a la de sus homólogos de igual sexo y edad, debido a la mayor incidencia en ellos de enfermedades de carácter crónico.
Existen tres razones por las que un individuo puede llegar a engordar:
• La ingesta calórica aumenta, sin variar el gasto energético.
• La ingesta calórica no varía pero disminuye o se reduce el gasto energético.
• La ingesta calórica aumenta, al tiempo que se reduce el gasto energético.
La energía aportada de manera inmediata con los alimentos, o bien la almacenada en las reservas corporales, se consume a través de los siguientes procesos:
• Actividad metabólica basal: Coste que hay que pagar para mantener vivo al organismo representado, en el hombre, del 50 al 60 % del gasto energético global.
• Ejercicio físico.
• Acción dinámico-específica de los alimentos.
• Termogénesis: Capacidad de general calor en el organismo debido a las reacciones metabólicas; ejemplo: calorías que gastamos por el mero hecho de hacer la digestión.
• Consumo de diversos ciclos metabólicos.
¿ Sabías que……?
• un kilo de grasa suministra 8.000 calorías.
• Un hombre de 25 a 50 años consume 2.700 calorías diarias.
• Una hamburguesa te aporta energía para correr 20 minutos sin parar.
• Para perder un kilo de grasa habría que estar corriendo 6 horas.
La marcada reducción en el grado de ejercicio físico, es responsable, en parte del notable incremento de los casos de obesidad que se observan hoy en día. Algunos obesos lo son, no sólo por comer más, sino porque, a pesar de comer incluso menos, hacen menos ejercicios que los individuos no obesos.
Resulta evidente la existencia de una relación inversa entre ejercicio físico y obesidad. No obstante, a la hora de la prevención o del tratamiento de la obesidad raramente se tiene en cuenta este aspecto y, habitualmente, se pone casi todo el énfasis en las restricciones dietéticas. Una posible explicación para esta actitud podría ser la frustrante comprobación de que pequeñas raciones de muchos alimentos y, por descontado, unos pocos kilogramos de tejido adiposos permiten llevar a cabo una cantidad, al parecer interminable de ejercicio físico. Una hamburguesa de tamaño medio contiene energía suficiente para que un individuo corra por espacio de 20 minutos o pedalee en una bicicleta durante tres cuartos de hora; para eliminar un kilo de grasa hay que estar corriendo durante 6 horas, sin parar, o andar, a una marcha de 6 km/hora por espacio de 24 horas.